Tanto sea para iniciarse como
corredor o para proseguir un hábito, el otoño es una época ideal para ello.
Además, nos aportará multitud de ventajas, veámoslas.
· - Venimos del verano con nuevos objetivos para el
futuro.
· - Las temperaturas son mucho más agradables y la
calidad del aire mejora.
· - Los paisajes que podemos ver son un premio para
los sentidos.
· - El deporte nos ayudará a mantener alto el ánimo,
combatiendo la astenia y la depresión que, en ocasiones, pueden acompañar o
verse favorecidas en esta época.
Es cierto que las horas de sol menguan, pero ello debe
servirnos de acicate para aprovechar las existentes. No nos vamos a engañar,
meteorológicamente habrá días que no ayuden a salir a entrenar pero, esta
faceta, también vamos a tratarla.

El mejor momento para empezar a
correr.
El otoño se trata de la estación perfecta para empezar a
correr. Las temperaturas se hacen más suaves. Resulta más
agradable salir ahora a entrenar que cuando cae el sol a plomo y el termómetro
marca más de 35º, ya que a esa temperatura debemos sumarle la generada por el
cuerpo y el esfuerzo, pudiendo llegar a resultar peligroso e incluso insalubre.
En pocas semanas el frío se hará más intenso y los días
mucho más breves, es por ese motivo que en el comienzo del otoño debemos crear
el hábito deportivo, puesto que luego nos costará mucho más.
Ayuda a combatir tanto el estrés como
la depresión en general y la otoñal en particular.
Practicar deporte de forma regular es una muy buena forma de
combatir el estrés que nuestro ritmo de vida nos genera al servirnos de válvula
de escape. Puesto el ejercicio favorece la segregación de las hormonas de la
felicidad (Serotonina) y limita la liberación de las del estrés (Cortisol). Si
además la actividad física se realiza al aire libre, estos efectos se ven
reforzados al ser sus efectos en estos aspectos de mayor intensidad. Por
supuesto el ejercicio bajo techo, también tiene esos efectos, aunque en menor
medida. Debemos tener en cuenta la época hacia la que vamos y aprovechar los
días que podamos entrenar al aire libre, ya llegarán los que por seguridad o
precaución, sea mejor limitar la actividad al entrenamiento a cubierto. Es por
los motivos anteriormente descritos que, tras la realización de actividad
física, nos sentimos mejor y más relajados, siendo también esas las causas por
las que resulta adictivo.
Refuerza nuestro sistema inmunitario.
La realización de ejercicio físico no sólo mejora el aspecto
corporal, la resistencia, la fuerza y la condición física en general, además al
exponer al cuerpo a menores temperaturas, mayor humedad, menor luminosidad y
todo ello en condiciones de esfuerzo, estimulamos a nuestro organismo a
fortalecer el sistema inmunitario, por lo que reforzamos nuestras defensas en
general. Si bien es cierto que todo ello debe hacerse de forma progresiva para
permitirle realizar las adaptaciones fisiológicas necesarias, de lo contrario
podría ser contraproducente.

No pasar frío.
Durante los meses fríos del año es muy importante tomar
algunas precauciones que, no sólo van a protegernos, también harán que
disfrutemos más de la actividad. En esta época utilizar el equipamiento
adecuado, principalmente ropa y calzado, es fundamental para disfrutar del
deporte con seguridad. Tanto abrigarse en exceso, como por defecto hará que nos
disfrutemos de la actividad y puede resultar peligroso para nuestra salud,
además de provocar sensación de insatisfacción, lo que favorecería el abandono
de la práctica deportiva. ¿Cuánto abrigarse?, eso es complicado puesto que las
variables son infinitas pero, como norma general, tener la sensación de
“fresco” durante el calentamiento (10’/15’) es una buen punto de partida.
Puesto que de lo contrario, más abrigo nos llevará a una sudoración excesiva en
el desarrollo de la sesión. Debemos también tener en cuenta el tipo de sesión
(carrera continua, entrenamiento intervalado, series con pausas, fuerza
estática, etc.) y el lugar de realización (Pabellón, aire libre, llano,
montaña, valle, etc.)
Utilizar ropa técnica y adecuada.
Tejidos como el algodón para la práctica deportiva, tienen
múltiples desventajas. Las camisetas, pantalones y sudaderas de este tipo
de tejidos conducen, absorben y mantienen, tanto el sudor como la humedad,
por ello aumenta la sensación de frío y el riesgo de enfermar, al mantenernos
“mojados” durante más tiempo.
La ropa técnica, está diseñada y fabricada con tejidos
específicos para la práctica deportiva, normalmente se trata de prendas
hidrófugas, transpirables y cortavientos que, además y por seguridad, suelen
ser visibles por colorido y contar con elementos reflectantes.

Importancia del calentamiento.
Estamos en época de más frío y, por ello, nuestro cuerpo precisa de un mayor periodo de calentamiento y adaptación para llegar a su punto óptimo de rendimiento y minimizar el riesgo de lesiones. Podemos realizar en casa un calentamiento estático mediante movimientos articulares y estiramientos muy suaves que nos prepararán para el comienzo de la actividad.
Aumento de la importancia de la
respiración.
A causa del aumento de la humedad y la disminución de las
temperaturas, respirar de forma correcta cobra una mayor importancia. Inspirar
por la nariz para que el aire llegue en mejores condiciones tras ser calentado
y filtrado por nuestras vías aéreas nos ayudará a rendir mejor y cuidar la
salud. Podemos ayudarnos de prendas como puede ser una bufanda tubular o
similar para que nos ayude a realizar esta función.

Conviértelo en hábito.
Convierte la carrera o entrenamiento en una rutina diaria.
Establécete una rutina, intenta salir siempre a correr o entrenar los
mismos días y a la misma hora. Probablemente, al principio, te cueste un poco,
pero acabarás por integrarlo en tu día a día y te resultará más fácil y cómodo
ayudándote a vencer la temida pereza, que suele ser la causante del abandono
deportivo.
Has de lograr mantener la motivación.
Existen múltiples formas de mantener la motivación alta.
Algunos trucos para ello pueden ser. Escribe un diario de entrenamiento
·
Llevar un diario de entrenamiento: En él reflejaremos
los principales datos, km’s recorridos, tiempo efectuado, sensaciones, etc. De
esta forma podremos ir comparando y viendo los progresos que nos ayuden en
momentos de flojera.
·
Crear objetivos: Apuntarnos a una carrera,
fijarnos una meta de peso, una distancia a recorrer en un tiempo, etc. Mientras
tengamos un objetivo, tendremos un motivo para entrenar. Los objetivos deben
ser ambiciosos pero realistas y costosos, pero realizables.
Mejor correr o entrenar en compañía.
Correo o entrenar solo, a veces, puede ser relajante pero,
otras veces puede ser la excusa perfecta para quedarnos en casa o saltarnos en
entrenamiento. Contar con un compañero o grupo de entrenamiento puede ayudarnos
a vencer esos días de pereza, pues conlleva un mayor compromiso y motivación,
además un día serás tú el ayudado y otros serás quien ayude.
Si por motivos familiares, de salud o trabajo ineludibles no
puedes acudir o realizar una sesión, ten clara una cosa NO PASA NADA. La
pérdida de alguna sesión esporádica, no conlleva ninguna pérdida física, pero
el castigarnos pensándolo sí que puede resultarnos un lastre anímico. No pienses en cómo o cuando recuperar esa
sesión, acepta que la vida sigue y el mundo no se acaba por esa sesión de
menos, se reajusta y se continua con el entrenamiento. Si intentas recuperar
las sesiones que no puedes realizar, éstas se podrían ir acumulando. Y, a
larga, acabar estresándote, lo cual tendrá un impacto negativo en tu
motivación que podría hacer que te rindieses.
Gracias y salu2.
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