Correr tiene múltiples beneficios, eso es indiscutible pero,
veamos algunos de ellos.
Desde luego y el principal beneficio es que nos ayuda a
mantenernos en forma, mejorar nuestra salud, mantener el peso a raya, regular
la tensión, corregir el colesterol y un montón de beneficios médicos más pero,
también tiene otros beneficios mentales y sociales que vamos a tratar.
Cualquier corredor habitual sabe o a experimentado que, tras
un mal día en el trabajo, o teniendo algún problema personal, el correr suele
ayudar y más si lo hacemos en compañía.
Cuando corremos nuestro cuerpo segrega endorfinas, las llamadas hormonas de la felicidad, por ello nuestra sensación de euforia y alegría se ven incrementadas ayudándonos a mejorar, en muchos casos, la perspectiva con la que enfocamos los problemas. Si además corremos acompañados, el hablar con los amigos nos sirve de liberación y, quien sabe, quizá nos aporte un punto de vista diferente y en el que no habíamos caído por nosotros mismos. Tal vez algún compañero de rodaje o un conocido de los mismos, haya pasado por la misma situación que nosotros afrontamos y no sabemos solucionar o nos angustia, aportándonos posibles soluciones o, al menos, experiencias similares en las que basarnos para tomar decisiones.
La liberación mental es también un efecto beneficioso que
produce correr, nos distrae quitándonos de la cabeza, al menos durante un
tiempo, ese problema que tenemos en mente y no somos capaces de apartar
quedándonos en casa, viendo la TV. o leyendo. Pero el correr, y repito, más si
se hace acompañado es una gran válvula de escape a nuestras preocupaciones.
También debemos tener en cuenta que, si estamos siguiendo un entrenamiento programado, o tenemos adquirida una rutina, el no cumplir con lo planificado, puede desembocar en un mayor sentimiento de culpabilidad por ese incumplimiento. Lo cual sería sumar una preocupación más a las que ya tenemos, este es un motivo más para salir, hacer deporte, relacionarnos, hablar, desahogarnos, volver a casa más liberado de preocupaciones y, quien sabe, con un poco de suerte, puedes hasta volver con una solución.
Por supuesto esto sólo funciona cuando se hace en
entrenamientos suaves que nos permiten hablar con continuidad e intercambiar
opiniones, un entrenamiento intervalado, de series, de cuestas, etc… No es el
mejor para este efecto “liberador” de la presión.
Hablar con los amigos siempre es bueno y enriquecedor, además de buena opción para encontrar soluciones pero, si se habla mientras se corre, los beneficios se ven incrementados.
Y… lo digo
por experiencia.
Gracias y salu2.
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